CUIDAMOS TU DIASTASIS

Se conoce con el nombre de diástasis abdominal a la separación de los músculos rectos del abdomen. 

Esta, puede estar asociada a una pérdida de la tensegridad de la línea alba provocada por un daño en el tejido conectivo.  Se puede dar tanto en hombres como en mujeres como consecuencia de la práctica de actividades hiperpresivas, obesidad, patología inflamatoria intestinal o el embarazo, siendo esta última la etapa más vulnerable en la vida de la mujer para su aparición y por tanto, convirtiendo al posparto en una etapa muy importante.

Hay que comprobar si hay  diástasis abdominal durante el postparto antes de hacer ejercicios abdominales, o antes de retomar su actividad deportiva, ya que la mayoría de las actividades deportivas y los ejercicios abdominales tradicionales generan una hiperpresión en el abdomen, que en presencia de diástasis y sin un buen patrón de activación pueden ser perjudiciales aumentando la distensión de la línea alba y generando otros problemas como estreñimiento o disfunciones del suelo pélvico.

 

Ejercicios para diástasis de rectos abdominales en mujeres

  • La rehabilitación para la diástasis debe ser activa. Si la línea alba y las aponeurosis son capaces de generar suficiente tensión para controlar las articulaciones de la parte baja del tórax, la columna lumbar y la faja pélvica a través de la contracción de los músculos profundos, entonces el entrenamiento será probablemente efectivo para restaurar la función.
 
  • Necesitamos modificar las actividades repetitivas con excesiva presión intraabdominal, que a menudo pasamos por alto a pesar de tener una influencia significativa. Aconsejo a las mujeres que eviten los ejercicios que causan el abultamiento de la pared abdominal, como es la elevación de las extremidades inferiores por encima del suelo cuando están acostadas boca arriba, los ejercicios abdominales clásicos, la tos intensa sin apoyo abdominal, así como el levantamiento de objetos pesados.
 
  • Estrategias de control de la presión a la hora de ir al baño. Educo a todos mis pacientes sobre la importancia de la técnica y la posición óptima de defecación. En primer lugar, la posición es la clave, estar sentada con las rodillas por encima de las caderas permite una mayor relajación y alargamiento del músculo puborrectal y por lo tanto abre el recto. Luego enseño a los pacientes a usar sus manos para apoyar su diástasis, similar a proporcionar apoyo a las heridas después de una cirugía abdominal o una cesárea. Esta posición y el refuerzo de la pared abdominal facilitan una mejor estrategia para el soporte controlado en el que la presión se dirige hacia la cavidad pélvica y no hacia la pared abdominal.
 
  • Otro factor que debe tenerse en cuenta es la influencia de la dieta. Insistimos mucho en la reducción de los alimentos que hacen que se hinche la barriga o son difíciles de digerir. Lo ideal aquí es realizar un trabajo en equipo junto a un nutricionista. Asegurarse de que comemos una dieta bien equilibrada que incluya agua para la hidratación, así como fuentes de alimentos con fibra para reducir el riesgo de estreñimiento.